lunes, 28 de diciembre de 2009

La Insufrible Navidad

Empiezo excusándome (que tontería), pero de no hacerlo posiblemente puedo recibir una embestida crítica muy aburridora y a la que de corazón no tengo ganas de responder.

Sucede que en esta época donde todos manifiestan su graciosísima felicidad y su desbordante amor, se me hace un tanto difícil entusiasmarme, subirme al espíritu de la navidad, lo que paulatinamente me va fastidiando hasta llegar a amargarme la vida y hacerme francamente insufrible la navidad con sus emotivas manifestaciones.

Y no es que no me guste en sí misma, lo que me fastidia (como siempre) es la gente que abusa del derecho al entusiasmo y del derecho a la cursilería. He tenido que vivir desde decoración el primero de noviembre hasta los millones de tarjetas de facebook (otro engendro demoníaco que me tiene al borde de la histeria), al menos este año no me tocó organizar novena.

No niego el derecho a sentirnos emocionados por la navidad (¿cuántos seremos tan cristianos como para acordarnos de que se festeja realmente ese día?) y por el subsecuente año nuevo que no nos permite recuperarnos de una emoción cuando nos aplasta con otra, pero por favor… no un llamado, más bien un grito por la cordura, ¿será que nos embriaga tanto la felicidad que nos vuelve un colectivo de idiotas?.

No hay porque atormentar a los vecinos durante un mes con música, si así se puede llamar a lo que oyen mis vecinos, que sobrepasa por mucho los niveles de volumen aptos para la salud. No hay porque decorar la casa el primero de noviembre, eso no va a acelerar los días. Dejemos de desear feliz navidad a toda la humanidad desde que despunta diciembre. No hay porque comer de mas, convertir las compras en un apocalipsis zombie y la navidad no nos da permiso de hacer cuanta idiotez se nos ocurra, en fin, volvamos la navidad un festejo menos cursi a ver si podemos escaparnos de la estupidización colectiva del mes de diciembre.

¡¡¡He dicho!!!

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